Este estipulado también es apoyado por un estudio publicado por Naoki Yoshinaga que encontró que pacientes con SAD que tenían un tratamiento de SSRI y CBT tuvieron una razón de recuperación significativamente mejor que personas con solamente el tratamiento de SSRI.
Por lo tanto, se puede concluir que el tratamiento de CBT es muy efectivo en tratar desórdenes de ansiedad. Incluso, este mismo tratamiento puede ofrecerse mediante telecomunicaciones en vez de presencial.
Por ejemplo, un estudio por Holland J. encontró que este modo de terapia tenia varios aspectos positivos en los pacientes ya que esta solía ser más fácil para los pacientes asistir a las sesiones.
Sin embargo, este también tenía sus aspectos negativos tal como el costo efectividad del modo y si este era sustentable.
Aparte de los tratamientos y diagnóstico de los desórdenes de ansiedad. Este podcast también estará hablando sobre los efectos que estos desórdenes tienen ya sea en la salud de la persona y en un aspecto social.
En el aspecto de la salud, teniendo ansiedad tiene efecto negativo en varios sistemas del cuerpo ya que este desorden causa una elevación de cortisol en el sistema causado por la desregulación del amígdala e hipocampo.
Entonces, esta alza prolongada de cortisol en el cuerpo causa problemas en la salud como problemas digestivos, musculares y cardiovasculares.
Por otro lado, en el aspecto social, teniendo un desorden de ansiedad causa la persona se retire socialmente y sea más difícil mantener conexiones sociales especialmente si la persona sufre de ansiedad social.
Esta falta de conexión social entonces puede agravar más el problema de desorden de ansiedad en la persona.
En comparación con la población de Estados Unidos, un estudio titulado A comparison of the prevalence of psychiatric disorders in Puerto Rico with the United States and the Puerto Rican population of the United States encontró que la población puertorriqueña tenía un mayor soporte social y menor prevalencia de desórdenes de ansiedad. Aunque también se encontró que la población puertorriqueña también tenía una mayor dependencia a drogas y alcohol.
Sin embargo, un estudio titulado The Mental Health Impact of Hurricane Maria on Puerto Ricans in Puerto Rico and Florida encontró que debido a fenómenos naturales como el huracán maría, los puertorriqueños viviendo en el estado de Florida tenían una mayor prevalencia de PTSD. Por otro lado, el estudio encontró que entre los puertorriqueños viviendo en lugares urbanizados tenían una mayor prevalencia de síntomas de ansiedad que los que vivían en urbanizaciones rurales.
Finalmente, el artículo Anxiety and depression in COVID-19 survivors: Role of inflammatory and clinical predictors describe el efecto que COVID-19 ha tenido en la prevalencia de desórdenes neurológicos en una muestra de pacientes. En este estudio, se encontró que un 42% de las personas en la muestra tenían síntomas de desórdenes de ansiedad.
El artículo también estipula que esta alza significativa de desórdenes neurológicos puede ser a causa de respuestas inmunológicas o por estresores ambientales causados por la enfermedad.
En fin, la categoría de desórdenes de ansiedad es una con una variedad de diferentes desórdenes neurológicos. Estos desórdenes pueden tener unos efectos altamente negativos en el bienestar de la persona ya sea físico como social. Por lo tanto, estos son usualmente tratados con SSRIs y CBT o una combinación de ambos. Sin embargo, se debe recalcar que estos tratamientos no son completamente efectivos y que se más estudios acerca estos desórdenes se debe seguir haciendo para así poder encontrar una posible combinación de tratamientos que pueda ofrecer mejor calidad de vida para estas personas que sufren de desórdenes de ansiedad.