Un médico puede identificar la sintomatología del desorden depresivo mayor por medio de una entrevista o en alternativa una escala diagnóstica como lo es la Hamilton empleada en el diagnóstico de la depresión desde la década de los 60. En sí, el psiquiatra o el médico primario tiene a su disposición para realizar un diagnóstico de depresión, primero, la escala sintomatológica con la que pueden identificar los síntomas primarios de la depresión y, en ocasiones limitadas, reservan unas pruebas biológicas [5m] para examinar si el caso del paciente ha sido uno que, por ejemplo, es persistente y así poder tipificar ese tipo de diagnóstico como “Depresión persistente” que conllevaría otro tipo de tratamiento.
Así que ahora entraremos en una historia para poder entender a mayor detalle qué quiere decir que la depresión es una enfermedad heterogénea y qué tiene que ver esto con el diagnóstico.
Paciente A visita a su médico y este le diagnostica con desorden depresivo unipolar. Paciente B va a su médico primario y este le diagnostica con desorden depresivo unipolar, también. Cuando revisan los expedientes de cada paciente, el paciente A y el paciente B, identifican que ninguno de los síntomas que tienen coincide. [6m] Aún así el paciente A y el paciente B son ambos pacientes de depresión. ¿Cómo es esto posible?
El panorama recién presentado resume el primer reto que enfrenta la comunidad médica en el diagnóstico de la depresión. La heterogeneidad de diagnóstico es vista tanto a nivel del desorden depresivo, como la gama de enfermedades, y también dentro del desorden depresivo mayor, como un tipo de enfermedad. Así que, con distintos síntomas se puede diagnosticar una misma condición. Este reto cobra importancia al considerar dos situaciones: #1 la tasa de falsos positivos en el diagnóstico de la depresión puede resultar ser más alta que para otras condiciones de origen patológico. [7m] Mientras tanto, también, el diagnóstico de la depresión constituye la ruta del tratamiento; por lo cual, distintos tipos de diagnóstico y la heterogeneidad del diagnóstico puede resultar también en tratamientos menos efectivos. [7m22s] Refiriéndonos a la historia anterior, puede ser que entonces el paciente A responda a cierto tipo de tratamiento, mientras que paciente B, no. Nos queda cuestionar qué pudiese resolver esta situación. Bueno, la realidad es que una de las raíces de este problema es la ausencia de biomarcadores confiables para el diagnóstico de la depresión. En su definición más amplia, un biomarcador es una sustancia o un elemento que se analiza para así determinar si un paciente puede o no tener una condición. [8m] Por ejemplo, la presión arterial es un biomarcador que se emplea en el diagnóstico de problemas cardíacos. En la depresión, los biomarcadores son escasos y son reservados, como anteriormente mencionado, para unas pruebas específicas cuando el paciente no se ha mostrado receptivo a la terapia.
Ya que hemos definido los retos que se enfrentan en el diagnóstico de la depresión siendo (1) la heterogeneidad de diagnóstico y (2) la ausencia de biomarcadores, [como] fuentes de errores en el diagnóstico y problemas en el diagnóstico que conllevan faltas en el eventual tratamiento. Veamos entonces cuál es el rol de la investigación en este fenómeno que estamos estudiando.