Podcast 17

Una de las posibles preguntas que pueden surgir cuando se le diagnostica esta condición a alguien es, ¿cómo pasó? Más aún cuando posiblemente es la primera persona diagnosticada en la familia. Los factores de riesgo que contribuyen o que podrían propiciar que este desorden aflore en las personas lo son principalmente la genética y la heredabilidad de la enfermedad, factores ambientales y la estructura y funcionamiento del cerebro. Heredar la esquizofrenia se puede convertir en un factor de predisposición importante cuando vemos que esta enfermedad ha impactado la vida de uno o más familiares y a medida que el lazo sea más estrecho, mayor es la probabilidad de que se pueda heredar y desarrollar. Genéticamente se han estudiado varios marcadores que han sido blanco y han mostrado semejanzas en personas con esquizofrenia. Particularmente se ha identificado el Complejo Mayor de Histocompatibilidad o MHC en el cromosoma 6 como el primer loci de alto riesgo en pacientes con esquizofrenia. Problemas en este punto del cromosoma puede levantar una bandera sobre el padecimiento de esquizofrenia en el futuro. Esto representaría un problema ya que el Complejo MHC está compuesto por un grupo de genes que codifican proteínas que se encuentran en la superficie de las células y que ayudan al sistema inmunológico a reconocer sustancias extrañas. Otro biomarcador que se ha encontrado lo es el componente C4 del sistema de complemento que además de estar involucrado en la respuesta inmunológica, también es importante en funciones del sistema nervioso como lo es la poda sináptica y facilita la migración neuronal durante el neurodesarrollo. Este aún sigue estando bajo investigación, pero se sabe que pacientes con esquizofrenia se caracterizan por tener una mayor frecuencia de alelos del componente del complemento 4A (C4A) y niveles más altos de transcripción de éste en el tejido cerebral post mortem. En cuanto a los factores ambientales, estos más bien funcionan en conjunto con los factores genéticos y pasar por situaciones, por ejemplo, de mucho estrés, pueden propiciar el desarrollo de la esquizofrenia. Claro que esto no significa que por cada momento estresante nos vamos a hacer más vulnerables desarrollar esquizofrenia pues recordemos que la heredabilidad y la genética es importante.

En cuanto a la estructura del cerebro, vamos a ver que en los pacientes con esquizofrenia van a tener unos cambios plásticos un tanto específicos. Estos pacientes van a presentar cambios en el hipocampo, que es una de las áreas más comprometidas y esto dificulta el aprendizaje y la memoria. Sus ventrículos van a estar alargados y se va a tener una reducción del volumen del cerebro en un 5 al 10%. Que se va a reflejar en la materia gris en el lóbulo temporal medial del hipocampo y la amígdala, en la circunvolución temporal superior, lóbulos frontal y parietal y en las regiones subcorticales como el ganglio basal, tálamo y cerebelo. Y cuando escuchamos cuáles áreas específicas se afectan podemos ir haciendo conexiones sobre cómo se expresa esto a nivel sintomatológico. Por ejemplo, vemos que al afectarse la amígdala el componente emocional en estos pacientes se compromete. Además de niveles plásticos, estos pacientes también van a sufrir unas desregulaciones neuroquímicas en los sistemas GABAérgicos, glutamatérgicos y dopaminérgicos. En el caso de GABA y glutamato vamos a ver un descontrol en las sinapsis. Y en este caso si vemos que glutamato se afecta, esto tiene consecuencias sobre GABA ya que éste es su precursor. Así que alteraciones en la síntesis de estos aminoácidos va a causar defectos en la función excitatoria de glutamato y en la inhibitoria de GABA propiciando un descontrol en los conectomas del cerebro. Aquí los pacientes van a experimentar bajos niveles de glutamato y de GABA que van a tener consecuencias sobre la corteza prefrontal que es la que

se encarga del control conductual, la personalidad e incluso las capacidades cognitivas. Por otro lado, vamos a ver que estos pacientes van a experimentar niveles altos de dopamina y esto va a tener como efecto que se altere el área mesolímbica, que es importante para la regulación de las respuestas emocionales, la motivación, el placer y la recompensa, la mesocortical, ligada a la regulación de emociones, afectividad y funciones cognitivas, y la vía nigroestriada, que desempeña un papel clave en el control de los movimientos motores. Una vez comienzan estos cambios tanto a nivel estructural como neuroquímicos, vamos a ver que estos pacientes van a atravesar momentos difíciles, con altas y bajas pues la esquizofrenia es una enfermedad que es de por vida. Aunque claro, existen tratamientos que se encaminan en hacer este recorrido un poco más cómodo a estos pacientes.

Ahora, la pregunta que debería estar rondando es estos momentos es, ¿cuán común es esta enfermedad en la población? A nivel mundial, se estima que la prevalencia de padecer esquizofrenia es de un 1%. Y de acuerdo con el NIMH, en Estados Unidos, para el 2018, se estimaba que entre el 0.25-0.64% de los estadounidenses padecían de esquizofrenia. También se ha observado que es más común en hombres que en mujeres y que estos tienden a desarrollarla a una edad más temprana. En los hombres se puede diagnosticar entre el periodo del final de la adolescencia y principio de los veinte mientras que las mujeres experimentan un pico alrededor de los 40 años, aunque también se puede diagnosticar entre los 20 o 30. Personas con esquizofrenia tienden a tener mayor probabilidad de morir a temprana edad y entre las causas principales de muerte se encuentra el suicidio pues se estima que el 4.9% de los pacientes decide acabar con su vida.

En un esfuerzo enorme por tratar de ayudar a estas personas y hacer de su vida una más amena dentro de su condición, se han desarrollado una serie de tratamientos para poder ayudarles en este proceso. Vamos a ver que la esquizofrenia particularmente se va a tratar con antipsicóticos y también se puede incluir terapia psicosocial para que sientan apoyo durante este proceso. Los tratamientos antipsicóticos, como dice su nombre, son unos que se van a enfocar en disminuir los eventos psicóticos que puedan experimentar los pacientes. Actúan bloqueando a nivel central los receptores dopaminérgicos D2, los receptores de la serotonina 5-HT2 y con diferente sensibilidad otro tipo de receptores como histaminérgicos o noradrenérgicos. Estos se van a dividir en antipsicóticos de primera y segunda generación. Los de primera generación o típicos se caracterizan por el control de los síntomas psicóticos positivos como lo son los delirios y las alucinaciones y poco eficaces frente a los síntomas negativos. Ejemplos de estos lo son la Clorpromazina, Flufenazina, Haloperidol y Perfenazina. Los antipsicóticos de segunda generación o atípicos, tienen el mismo mecanismo de acción, sin embargo, estos se caracterizan por bloquear simultáneamente los receptores dopaminérgicos y serotoninérgicos y ser eficaces tanto paro los síntomas positivos como para los negativos. Ejemplos de éstos lo son la Brexpiprazol, Clozapina, Paliperidona y Risperidona.

Como sabemos, cada tratamiento puede traer consigo beneficios, pero también efectos adversos y éstos no son la excepción. Entre los efectos adversos que los pacientes pueden experimentar se encuentran el incremento de la secreción de prolactina, aumento de peso, aumento en la fotosensitividad, que se sientan más cansados, aumenten o disminuyan la salivación dependiendo del tipo de generación, agitación, ansiedad y entre muchos otros. Y es por estas razones que muchas veces los pacientes optan por descartarlos sin autorización médica, ya que no soportan el lidiar con los efectos secundarios. Aquí entonces se pone en perspectiva la terapia psicosocial que se encarga de darle el apoyo estas personas para enfrentarse a los retos que puede traer consigo la esquizofrenia. Entre las terapias que se ofrecen podemos encontrar la educación familiar (enseña a la familia a lidiar con la enfermedad y cómo pueden ayudar), habilidades para el manejo de la enfermedad (ayuda al paciente a desarrollar estrategias de control), terapia cognitivo-conductual (ayuda al paciente a identificar los problemas actuales y cómo resolverlos), rehabilitación (que lo ayuda a desarrollarse en sociedad), consejería de grupo con otros pacientes de esquizofrenia, grupos de auto-ayuda y sesiones de tratamiento de abuso de drogas y alcoholismo.

Así que más allá de ver esta enfermedad como una alteración en el sistema biológico, debemos reconocer e identificar que quienes padecen estas condiciones son personas, seres humanos. Que pasan por un sin número de dificultades tratando de encontrar un espacio donde se les apoye y no se les discrimine por padecer una enfermedad con la cual no pidieron nacer. Y considero que es de suma importancia que siempre que hablemos de alguna condición, trastorno, enfermedad o desorden le pongamos un rostro. De esta forma crearíamos y desarrollaríamos la sensibilidad y empatía hacia estas personas, que piden a gritos la comprensión y el apoyo de quienes los rodean. Pues a través de casos como el de James Tilly Matthews vemos que desde hace años se viene discriminando y estigmatizando las enfermedades mentales. Y claro vivimos en tiempos cambiantes donde la ciencia y la medicina avanzan cada día más con el objetivo de brindarles una mejor calidad de vida, pero debemos tener en cuenta que también es nuestra responsabilidad el no juzgar y educar a otres para que se rompa con los supuestos discriminatorios que se han creado basados en la ignorancia a través de los años. Y con esta breve reflexión llegamos al final de este episodio. Esperando que haya sido de su agrado y que terminen esta transmisión conociendo un poco más sobre la esquizofrenia. Les invito a sintonicen los próximos episodios para que se pueden empapar en otros temas. Esto ha sido todo por hoy, que estén bien y hasta la próxima.