Tornaremos nuestra vista a como la depresión tiene mucha comorbidad, es decir ocurre a la misma vez que otra enfermedad. Para el 2030 se estima que la depresión será la enfermedad mental líder mundialmente. El costo de es enfermedad son unos 83 mil millones de dólares. Una gran comorbidad entre la depresión y la ansiedad, las sustancias 24% tienen relación con la depresión. También tenemos los de PTSD que posee una fuerte relación. Esto es mencionado con el fin de poder señalar, que la depresión es la primordial razón de suicidio en el humano, con lo que esto nos indica una muy alta taza de actos suicidas que pudiesen ocurrir. Algo que verdaderamente es alarmante.
Finalmente me gustaría mencionar que el sociólogo Durkheim teorizó que la igualdad en los ingresos y la riqueza era protectora contra el suicidio; argumentó que la desigualdad de ingresos amenaza la integración social y mostró que el aumento de las tasas de desempleo tras la crisis económica se asoció con aumentos en las tasas de suicidio, aunque la fuerza de la asociación varió según genero y región. Adicional, hay costos económicos asociados con la morbilidad y mortalidad causadas por el comportamiento suicida. La morbilidad y la mortalidad no sólo conduce a una pérdida de productividad con implicaciones financieras para el individuo y su familia, sino que atender a individuos suicidas también requiere recursos. Estimaciones recientes de EE. UU. sugieren que el costo anual del comportamiento suicida en 2013 fue de 58.400 millones de dólares Aproximadamente el 75% de los suicidios ocurren en países de ingresos bajos y medianos donde las tasas de pobreza son altas.
Acercamientos y observaciones mediante Neuroimagenes
Como hemos mencionado anteriormente el comportamiento suicida es una de las principales causas de muerte y a menudo comienza durante la adolescencia o la edad adulta joven, cuando los sistemas frontolimbicos implicados en el comportamiento suicida están madurando. La evidencia convergente de neuroimagen en pacientes adultos con intentos de suicidio a través de trastornos psiquiátricos apoya la implicación de las normalidades estructurales y funcionales del sistema frontolimbico. Las imágenes por RMN estructurales, las neuroimagen funcional y tomografía positrón han demostrado una disminución del volumen de materia gris y disfunción
frontal durante el procesamiento de estímulos emocionales, particularmente en la corteza prefrontal ventral. El comportamiento suicida se ha relacionado con una menor integridad estructural y conexiones frontolimbicas funcionales en estudios de adultos, incluyendo postmortem. En adultos que han intentado suicidarse, la disminución del volumen prefrontal ventral y la disfunción se han relacionado con la letalidad. También se observaron disminuciones en los volúmenes de materia gris en la corteza orbito frontal derecha, el hipocampo y el cerebelo bilateral.
La corteza orbitofrontal desempeña un papel central en la regulación de las respuestas emocionales, incluso a través de sus conexiones con la amígdala, el hipocampo y el cerebelo. Se han notificado disminuciones de volumen en la corteza orbitofrontal en intentos adultos con trastorno depresivo mayor. Se han notificado disminuciones de volumen en la corteza orbitofrontal en intentos adultos con trastorno depresivo mayor. Además, los procesos de memoria deteriorados se han asociado con intentos de suicidio, lo que implica el hipocampo. Se han observado disminuciones del volumen de hipocampo y cerebelo en los intentos adultos, pero se han estudiado principalmente en tentativas con depresión mayor, y algunos hallazgos son inconsistentes. Los estudios sugieren déficits de regulación de emociones en los intentos de suicidio de adolescentes, con lo que los adolescentes pueden intentar suicidarse en un esfuerzo por amortiguar estados emocionales intolerables. Además, los adolescentes con mayor afectación a la desregulación son más propensos a tener múltiples intentos de suicidio.