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Existen distintos tipos de tratamientos tradicionales para la depresión, entre estos se incluyen los inhibidores de las oxidasas de monoaminas. La oxidasa de monoaminas es una enzima que se encuentra dentro de las células neuronales y degrada las monoaminas que no se encuentran vesiculadas, esto como método de regulación para evitar una sobre estimulación de receptores en la post-sinapsis. Este medicamento es utilizado para tratar la depresión ya que esta enfermedad presenta una deficiencia en la cantidad de monoaminas. Con esto se logra inhibir la degradación de estas y aumentar su presencia en la sinapsis y mejorar el estado de ánimo de los pacientes. En la actualidad, no se recomienda tanto el uso de los inhibidores de monoaminas por sus efectos secundarios a nivel del hígado ya que aumenta los niveles de tiramina que se forma por medio de la fermentación de muchos alimentos. Este aumento causa un alza en la liberación de norepinefrina que lleva a un aumento en la presión causando dolores de cabeza o en casos más severos un derrame. Medicamentos más comunes son los antidepresivos tricíclicos que bloquean la recaptura de norepinefrina y serotonina. El medicamento se enlaza a los transportadores de los neurotransmisores antes mencionados de esta manera aumentando su cantidad en la sinapsis. Puede tomar de 2 a 4 semanas para que los pacientes puedan ver una mejoría en sus síntomas ya que se requiere un cambio a nivel de expresión genética en los factores de transcripción. Como este medicamento tiene efectos en los receptores adrenérgicos, histamínicos y muscarínicos algunos efectos secundarios incluyen visión borrosa, estreñimiento, frecuencia urinaria entre otros. Los inhibidores de la recaptura de serotonina y norepinefrina se utilizan también para tratar la depresión ya que tienen el mismo mecanismo que los tricíclicos. De esta manera se aumenta la presencia de estos neurotransmisores en la sinapsis. Algunos efectos secundarios incluyen nausea, somnolencia, mareos, aumento de riesgo para arritmias entre otros.  Los inhibidores de recaptura de dopamina y norepinefrina se rigen también por el mecanismo antes mencionado y pueden ser utilizados para dejar de fumar. Sus efectos no son sedativos, sino más bien de excitación que pueden llevar a insomnio, convulsiones en dosis altas y dolor de cabeza. Por último, el tratamiento más común utilizado son los inhibidores de la recaptura de serotonina. Estos trabajan por el mismo mecanismo que los anteriores, pero solo aumentan la cantidad de serotonina en la sinapsis. Trabajan a nivel axónico y dendrítico. Uno de los medicamentos más controversiales lo es Prozac, que fue popularizado con el slogan “Wash away your blues” creando una crisis de dependencia de este medicamento hasta en las personas que no padecían de depresión. Algunos efectos secundarios incluyen aumento de ansiedad, insomnio e irritabilidad, el más común de estos siendo disfunción sexual tanto en mujeres como en hombres. 

Para tratar de manera tradicional el trastorno obsesivo compulsivo en ocasiones se pueden utilizar antidepresivos. Usualmente se utilizan los inhibidores de la recaptura de serotonina ya que ayudan a disminuir las compulsiones características de estos pacientes. También se utiliza la terapia de conducta cognitiva que busca que los pacientes puedan cambiar los patrones de pensamientos hacia sus compulsiones. Como en esta vida no todo es color de ros, tristemente hay muchos pacientes que son resistente a los tratamientos tradicionales de la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo y otros desórdenes mentales. Para esto se han propuesto los tratamientos no tradicionales, cosa que se sigue bajo investigación actualmente. Para la depresión se han investigado los siguientes tratamientos alternativos:

a. Uso de Ketamina, este es un agente anestésico disociativo que ha probado ser eficaz en pacientes con resistencia a tratamientos tradicionales antidepresivos. Es un antagonista no competitivo de los receptores de NMDA. Por su complejidad farmacológica también es capaz de interactuar con receptores de GABA, dopamina, serotonina, opioides y colinérgicos. Su mecanismo de acción se define por su enlace a los receptores GABAérgicos de NMDA causando su inhibición. GABA es el neurotransmisor inhibitorio por excelencia a nivel de sistema nerviosa central. Esto impide la inhibición de neuronas glutamatérgicos que liberan glutamato, un neurotransmisor excitatorio. El efecto neto es una mayor cantidad de potenciales de acción siendo generados y a su vez causando un aumento en la activación de los receptores AMPA a nivel post sináptico. La activación de estos receptores permite mayor síntesis de BDNF, un factor neurotrópico esencial para el mantenimiento de las neuronas y espinas dendríticas que se ven afectadas en depresión. También a través de la activación de los receptores AMPA por medio de cascadas de señalización se pueden inhibir los transportadores se serotonina, conocidos como SERT, teniendo un efecto similar a los inhibidores de recaptura de serotonina, pero en menos tiempo. En estudios realizados en ratas, se ha observado que la administración de Ketamina aumenta la liberación de dopamina en la corteza, el estriado y el “nucleus accumbens”, estructuras claves que están desreguladas por hipo actividad en pacientes deprimidos. El mecanismo de cómo esto ocurre sigue siendo objeto de estudio. A pesar de que demostrado ser un tratamiento bastante eficaz para los pacientes resistentes a tratamientos contra la depresión, su uso sigue siendo objeto de estudio ya que es una droga con potencial de abuso y adicción. 

b. Debido a esto, se han desarrollado tratamientos no farmacológicos para pacientes que buscan alternativas al uso de Ketamina, estaré hablando sobre dos de ellos. Uno de estos es la terapia electroconvulsiva que por medio de convulsiones inducidas por electrodos que se posicionan en la parte exterior de la cabeza, estimula el crecimiento de células neuronales y sus ramificaciones en el hipocampo. Resultados en estudios animales han demostrado que pueden producir efectos neuroplásticos más robustos que los antidepresivos clásicos. La amígdala es una de las estructuras principales del cerebro que regula el estado emocional de las personas. Estudios recientes han demostrado que altas dosis de choques eléctricos por medio de estas terapias reducen el número y la proporción de la excitación de la amígdala que permite la inhibición de la depresión inducida por estrés. Este estudio realizado por “Chongqing Medical University”

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