Transcript (in spanish)

¡Saludos mi gente! Mi nombre es Julianna Quiñones Arill, estudiante de Biología Molecular de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras, y en el segmento de hoy, se estará discutiendo los antidepresivos. Pero primero, es importante hablar sobre lo que es como tal la depresión, y como este trastorno mental afecta la vida de una persona, ya sea de forma física o de forma mental. El Mayo Clinic describe la depresión como una enfermedad seria y medical que afecta negativamente como uno se siente, piensa y actúa. Cuando uno se encuentra en un estado depresivo, o sintiéndose triste ocasionalmente, esa persona podrá estar sufriendo de depresión. Ver un cambio de apetito, sentirse fatigado, o tener dificultad concentrándose, pensando y haciendo decisiones también contribuye a los síntomas de depresión. Ahora, el síntoma más critico y que tiene una influencia final en determinar la vida de la persona son pensamientos de suicidio y muerte. Cuando llegue a este punto, es sumamente importante proveer apoyo y conseguirle tratamientos y cualquier tipo de ayuda para que esta persona no llegue hacer una decisión permanente ante una situación temporera. Al final, mencionaré los “hotlines” que uno puede llamar para conseguir ayuda profesional. 

Siendo una latina, siento que es bien importante hablar sobre el estigma en que la comunidad hispana tiene hacia el trastorno mental. Frases como “los hombres no pueden llorar” o “las mujeres son muy emocionales” hacer ver que genero tiene un efecto en como una persona debería sentir. Como consecuencia, la prevalencia de los trastornos mentales se encuentra en un aumento, causando efectos considerables en quienes la padecen. Ciertas estadísticas concluyen que 1 de cada 15 adultos es afectado por depresión, y de que 1 de cada 6 personas tendrá depresión en algún tiempo de su vida. En relación con genero, mujeres son mas propensos a tener depresión, 1/3 de ellas.  Con esto dicho, a pesar de su frecuencia, los problemas de salud son todavía grandes desconocidos para la sociedad y hablar de ellas se considera como tabú. Esto causa a que esa persona se sienta solo, viviendo en silencio, en vergüenza, y con miedo. Al final a cabo, esa estigmatización causa a que uno lo vea no como una persona, pero sino como un mero diagnostico.  Si no se resuelve este estigma, esto solamente impedirá el recuperamiento de dicha persona.  Por lo tanto, para poder combatirlo, es necesario plantear diversas estategias, como movilización y protesta, educación e información, contacto e interacción y el proceso de empoderamiento.

¿Con esto dicho, como es que uno puede tratar la depresión? Pues, unas de las alternativas que el paciente puede considerar son los antidepresivos. Los antidepresivos son una alternativa farmacológica que los doctores prescriben para tratar la depresión. Es importante notar que los antidepresivos sirven con el propósito de ayudarles adaptar mejor a los desbalances químicos que la depresión haya causado. Sin embargo, no es una alternativa que ayuda resolver los problemas ni superarlos. Es mejor combinarlo con terapia, pero la accesibilidad de poder hacer esos costos depende del estado socioeconómico del paciente. Usualmente, los pacientes pueden poder pagar un tratamiento, no ambos. Por lo tanto, el tratamiento mas costo efectivo son los antidepresivos, y es el método de tratar la depresión mas común. Ahora si es que voy a hablar sobre el tema principal de este segmento en mas detalles. Voy a empezar con los antidepresivos de primera generación: los que causan los efectos adversos en mayor cantidad. Hablaré primero en detalle el MAO-I, por lo cual bloquea una enzima importante en el catabolismo de las monoaminas. Gracias a esto, puede degradar NE, 5-HT y DOPA. Su forma de administración es a través de un “skin patch, y puede tardar hasta 6 meses para que el beneficio terapéutico máximo.  Los efectos adversos pueden incluir, boca seca, nausea, diarrea, constipación, sueno, insomnio y/o mareo. El otro ejemplo de un antidepresivo de primera generación son los tricíclicos clásicos. Este actúa en el autoreceptor de 5-HT, y blockea su reuptake con la intención de subir las concentraciones de los neurotransmisores en el espacio sináptico.